miércoles, 8 de mayo de 2013

Asesino, un descuido del destino

En la basta ciudad se encontraba un hombre cualquiera, con una vida común, con la soledad de compañía.
nervioso siempre ante el tumulto de gente, para el lo agobian,  lo sofocaban lo humillan, le da asco el tumulto de las masa.

Asecha poco a poco y a sus enemigos selecciona para luego eliminar, criatura despojada de la mano de dios. El era un resultado de un destino descuidado, fue un pequeño grito desesperado. Para el el mayor placer es dejar el el cuello de sus victimas y enemigos el filo helado de su cuchillo en sus cuellos desafortunados.

Pero esta criatura era humana y como una criatura masculina humana su debilidad era el amor que tanto rechazaba, la rechazaba por sabia que en el fondo de su corazón solo pedía lo que tanto rechazaba, solo quiere un poco de amor, el cual lo reemplaza con terror.

Solo una mujer lo puede salvar de tal maldición pero la maldición lo deja sin posibilidades de ocultar sus instintos mas bajos, sus instinto de animal carroñero, siendo así esta su eterna maldición y el terror su fiel copañero.

La Agonía Mental

Dejar mi mente agonizar esclavizada por la masturbación literal, la cual eyacula
culpa y pena en un chorro de agonía vital, un poco de culpabilidad, de soledad
y de complicidad.

Dejadme demonio que mi cuerpo no se haga  tu esclavo, tomo mi espada
la empuño contra ti, lucho contra mi.