Tu que das la mano
De quien amas y adoras
Con la lujuria y maldad la traicionas
Daños no quieres hacer pero
Es tarde por que tu conciencia grita y arde
Estas desesperado cerrando los ojos
Con la esperanza del perdón
En donde Dios perdió la razón
Y solo queda el castigo eterno
La mirada de la mujer que es dueña de tu corazón.